84 medios regionales se ven inmersos diariamente en una carrera por acceder a los primeros dos espacios de consulta durante la conferencia de prensa dictada desde Casa Presidencial, al mejor estilo del viejo oeste.
Por Ruth Torres Montero-Periodista
junio 23, 2020

Cada día, a eso de la 1 p.m., en un grupo de WhatsApp, 84 medios regionales esperan un pitillo que anuncia el banderazo de salida: solo 2 periodistas podrán preguntar en la conferencia de prensa que realiza Presidencia para actualizar los datos del COVID-19.
Aquello se asemeja a la línea de salida de una maratón: atentos al disparo que anuncia el inicio de la carrera. Es una salida en que cada segundo cuenta.
La espera es simultánea. La competencia entre los periodistas por lograr que su pregunta ingrese en los primeros dos lugares es más viva que nunca.
Una vez abierto el chat, los 84 periodistas regionales solo tendrán 30 segundos para enviar la consulta y solo los dos primeros serán los elegidos para preguntar.
Esta dinámica se repite todos los días, incluyendo fines de semana y días feriados.
Desde el día 05 de marzo, con el anuncio del primer caso positivo por la COVID-19, la estrategia de información hacia los medios de comunicación dio un giro inesperado en nuestro país.
Pasamos de una modalidad en la cual se realizaba una conferencia de prensa abierta, luego de Consejo de Gobierno, todos los martes, a una sola conferencia centralizada en las actualizaciones de temas relacionados al manejo de la pandemia.
Primeramente, la información se distribuía en un solo chat de prensa del Ministerio de Salud, pero la cantidad de consultas superaba la capacidad de respuesta por parte de las autoridades.
Ante esta situación, el Ministerio de Comunicación tomó la decisión de facilitar un correo electrónico para consultas que no requirieran respuesta inmediata.
Paso seguido, se solicitó a los medios acreditarse por medio de una plataforma digital para participar de las ruedas de prensa diarias. Luego se habilitó dos chats de prensa y se procedió a separar los medios: los de cobertura nacional y los medios regionales.

El periodista Edgar Chinchilla Bermúdez director de la página “Noticias Edgar Chinchilla”, explicó que, para él, eso no significaba ningún problema. Incluso pensó que era una buena iniciativa que los medios regionales estuvieran separados.
Pensó que esto les permitiría mayor participación según las necesidades de sus zonas de cobertura, en su caso personal la Zona Norte.
Conforme pasaron los días se dio cuenta que la metodología no estaba funcionando.
“Uno está en el chat como en el viejo oeste: el que dispara primero, gana”.
Chinchilla asegura que no hay tiempo ni siquiera de escuchar la conferencia, ni de plantear las dudas y estructurarlas bien antes de preguntar.
“Para poder entrar hay que tener la pregunta lista y escrita, estar ahí en el chat metido, esperando el momento en que lo habilitan para pegarla. En ocasiones, apenas abren el chat, entran hasta siete preguntas, pero solo las dos primeras son las que se responden”.
La agilidad, la rapidez y la maña son vitales.
“Ahí es corra, póngale porque si no se quedó por fuera. Hay que tener hasta cierta maña, o sea, tener la pregunta lista, solo de pegarla. En ocasiones hay que olvidarse hasta de la conferencia para poder estar pendiente del chat. Solo así se logra entrar de primero o segundo”, relató.
Este periodista de reconocida trayectoria algunas veces ha topado con la suerte de poder plantear sus consultas; en otras ocasiones le han rechazado sus preguntas o no le han dado la respuesta que esperaba.
291 medios regionales
La oficina de Comunicación Institucional de la Presidencia mantiene una base de datos que registra un total de 312 medios de los cuales 291 son regionales. Sin embargo, cabe señalar que en el chat de medios “REGIONALES” participan 84 de ellos.
Variedad de medios
“Existen muchos medios regionales en los 82 cantones del país, con públicos muy diferentes e igualmente importantes”, advierte Liliana Pacheco Monge periodista y directora del Periódico Gente.
Esto genera una gran preocupación ya que no todos se encuentran representados en este chat y no se conoce el motivo por el cual quedaron fuera.
Para ella, la nueva metodología utilizada plantea una serie de problemáticas que van más allá de solo el tiempo récord para preguntar.
“A mí me parece muy mal este sistema. No es correcto ya que cada medio tiene un público al que se debe. No siempre se logra ingresar con una pregunta debido a la competencia y al corto tiempo para plantearla. Este sistema nos restringe totalmente”, manifestó.
Pacheco señala que las respuestas que recibe no siempre la hacen sentir satisfecha. Según dice, suele ocurrir muy a menudo que no se leen las preguntas tal y como se plantean, lo cual hace que se pierda el sentido dado por el periodista.
“En algunas ocasiones, me han dicho que la pregunta se parece a la de otro colega, por tanto, no la pasan”, apuntó.

Disgusto y malestar
Esta nueva modalidad ha generado un sentimiento de desgaste y disgusto por parte de muchos comunicadores al punto de tomar la decisión de no participar más de dichas conferencias.
El periodista Obeth Fernández Ulloa, director del periódico El Limonense, responde que es muy evidente la pésima estrategia por parte del Gobierno y es una forma de manipular a los medios.
Odeth también apunta que la competencia de los medios por subir una consulta, se ve afectada debido a que siempre están limitados por un tiempo establecido.
Esto no da pie a hacer un buen planteamiento y menos a recibir respuestas claras. Sumado a ello, indica que por lo general la gente, sobre todo en redes sociales, hace una crítica severa con respecto a las preguntas de la prensa durante las conferencias, sin poder comprender que además del corto tiempo, las preguntas son filtradas
Para él, es claro que este nuevo proceso ha violado el derecho periodístico en cuanto al acceso a la información.
“Nuestro medio no tiene interés en ayudarle con la imagen a Casa Presidencial si ellos no tienen interés de informar bien a la ciudadanía. Ellos nos buscan solo para las emergencias, somos como los bomberos.
Nosotros no nos debemos al gobierno. Los medios de comunicación regionales debemos explotar más el derecho que hemos construido a ser independientes”.
En el caso específico del medio de comunicación digital El Guardián, desde hace más de un mes su director Richard Molina Mesén tomó la decisión de no participar más en las conferencias de prensa.
“Nosotros hemos tomado la decisión de no participar en lo que consideramos un show, no hacemos preguntas, no vamos a las conferencias”.
“Una vez por semana, informamos de los números COVID. El gobierno ha sido muy astuto aprovechando la coyuntura y la gente merece transparencia y la discusión de propuestas que sean sustentables y sostenibles en el tiempo”, apuntó.
El hecho de que los medios de cobertura nacional puedan plantear en cada conferencia 7 preguntas y ejercer el derecho a la repregunta, mientras que los regionales sólo pueden plantear dos en representación de los 84 medios, ha sido causante del repudio por parte de los periodistas.
Para Molina es evidentemente que, bajo la nueva metodología, el estado ha violado el derecho de acceso a la información y ha puesto una limitante que, con el transcurso de los meses, el público ha notado.
“Existe un control de la información de forma sistemática, no hay opción de contextualizar o repreguntar, no hay libre acceso, existen dificultades reales que están generando una desinformación absoluta”, argumentó.
Molina recalca que la información brindada en las conferencias se ha normalizado y el público ha perdido el interés ante la ausencia total de contenidos relevantes.
De igual manera, el periodista Leonardo Jiménez Campos, director del Periódico Crónicas de la Unión, decidió también desligarse de las conferencias.
Actualmente, hace un resumen de los contenidos que realmente impactan a su público meta. Como la dinámica no le gustó desde el inicio, él opta por hacer las consultas específicas utilizando otros canales.
En un inicio, consideró que la medida era necesaria y precisa pero conforme ha pasado el tiempo, cambió de opinión. Ahora considera detenidamente que esta medida limita totalmente la posibilidad a los medios de comunicación a acceder a mayor información y mayor cantidad de datos.
“En una coyuntura como la actual, la información debe ser veraz y para ello no podemos remitirnos a una sola fuente. Se nos está limitando realmente el acceso a la información, a la repregunta principalmente. Y eso poco a poco va desestimulando la participación de muchos colegas en las conferencias de prensa”, comentó.
Asimismo, recalcó que la dinámica del tiempo y la necesidad de plantear las preguntas inmediatamente de manera acelerada, sumado a la necesidad de colgar los contenidos en las redes de primero hacen de esta una competencia más que desagradable.
Ante la consulta ¿cuáles son los principales retos que enfrenta el periodismo actual?
Todos los periodistas consultados apuntan como este reto que sus medios de comunicación no estén alineados a los intereses del Estado.
Los medios deben asumir la responsabilidad de fomentar en el público el consumo de contenidos cuyas fuentes sean claras y creíbles para contrarrestar el reciente crecimiento de las noticias falsas.
Coinciden, además, que cada uno tiene la obligación de proteger la independencia de sus medios defendiendo su derecho de acceso a la información.
Este punto en especial, comparten un llamado a la reflexión sobre todo cuando vemos que esta dinámica de los 30 segundos para preguntar, fluye como un agente distractor, pues propone una competencia diaria entre los colegas, mientras que de manera sutil se dirige la atención de los medios hacia otro lado.
Esto provoca que los medios regionales pierdan el enfoque de los temas relevantes sobre los cuales se debe exigir la información puntual.
Surge una nueva pregunta ¿corremos el peligro de que una nube de humo cubra de cotidianidad el quehacer de los medios de comunicación? Esto es algo que no se puede responder en tan sólo 30 segundos.
