Desde que Joselyn cumplió los 13 años fue llevada con engaños de El Salvador a Guatemala donde se convirtió en una víctima de la Trata de Personas, fue explotada sexualmente por más de 17 años.
Por Ruth Torres Montero
Agosto 25, 2020
Dos terceras partes de las víctimas de la trata de personas de todo el mundo son mujeres. La gran mayoría de ellas son jóvenes que han sido engañadas con falsas promesas de empleo y después violadas, drogadas, encerradas, golpeadas o amenazadas con actos de violencia, o a las que se han impuesto deudas, se ha despojado de su pasaporte o se ha chantajeado. Lo anterior según datos suministrados por Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito.
Es así como con cientos de engaños, un hombre que era un conocido de sus padres, los convenció de llevarla al centro de la ciudad a trabajar en labores domésticas. Esto generaría ingresos económicos para la familia que vivía sumida en la pobreza. Contrario a esta promesa, el hombre sacó a Joselyn del Salvador y la llevó hasta el departamento de Escuintla-Guatemala donde fue vendida por apenas $100.
A partir de ese momento, fue sometida constantemente a golpes, violaciones y cientos de maltratos por el hombre que se convirtió en su “Chulo”, como se les conoce en las calles a los explotadores sexuales.
“Me convertí en parte de su propiedad y debía hacer todo lo que me dijera. Primero, vendió mi virginidad y le pagaron cerca de $1000. No volví a saber de mi familia, no tenía amigos ni nadie a quien recurrir. Constantemente me castigaba. Las golpizas que recibí me enviaron en repetidas ocasiones al hospital: fractura de mandíbula, de costillas, abortos y moretones en mi cuerpo. Se volvieron normales para mí”, recuerda Joselyn.
Ella es solo una de los miles de víctimas de una amplia red de Trata de Mujeres que opera en la región centroamericana. Por mucho tiempo fue un número más de los tantos sin nombre que forman parte de las estadísticas de víctimas de este flagelo.
La joven asegura que durante años buscó los medios para huir de su captor, pero no encontró la ayuda necesaria. “Conocí a muchas mujeres trabajadoras sexuales que habían llegado a la calle en las mismas circunstancias, por engaños. Al inicio, una se rebela contra la situación. Luego, con el pasar del tiempo, entiende que no hay salida y se termina resignando. Este es un mundo en el que la desesperanza te invade”.
Otros datos suministrados por Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC por sus siglas en inglés) indican que:
- De manera global, una de cada cinco víctimas de trata son niños, aunque en las regiones y subregiones más pobres, como en África y el Gran Mekong, conforman la mayoría de las personas traficadas.
- También señala que uno de los mayores retos del fenómeno de la trata de personas es medir su real magnitud en un mercado ilícito que se confunde con escenarios lícitos.
- Se estima en más de 2,5 millones el número de personas víctimas de la trata. Sin embargo, se calcula que por cada víctima de la trata de personas identificada existen 20 más sin identificar.
Pero ¿qué es la Trata de Personas?
“Primeramente, es importante aclarar que existe una diferencia entre Los delitos de Trata de Personas y el tráfico ilícito de migrantes. El tráfico ilícito de migrantes es un delito que atenta contra la soberanía del estado, es entrar en un país sin cumplir con la normativa migratoria.
Si nos vamos al tema de lo que es la Trata de Personas, debemos entender que es prácticamente la esclavitud del siglo XXI. Es la forma en que se comercia con un ser humano ya que el fin de la trata es la explotación y sus víctimas se convierten en una mercancía.
Este es uno de los delitos más lucrativos a nivel mundial y Costa Rica se puede considerar como país de origen, tránsito y destino de la Trata de Personas”. Explicó Sandra Chaves Esquivel, Gestora de la Coalición Nacional Contra el Tráfico Ilícito de Migrantes y la Trata de Personas (CONATT).
Ante la pregunta ¿existe la problemática en nuestro país?
Yendry Gutiérrez Matarrita. Psicóloga-DAI-PANI nos responde: “Claro que sí, Costa Rica se conoce por ser un país de tránsito, de destino y origen del delito de la trata de personas. Debemos comprender que la Trata de Personas, en la mayoría de los casos, se da con fines de explotación sexual. También existe la explotación laboral, matrimonio forzado o servil, adopción irregular, extracción de órganos y esclavitud. En Costa Rica nos enfrentamos a un fenómeno global que supera barreras y que desafortunadamente va en incremento”.
Sin embargo, representantes de las instituciones adscritas a la CONATT, coinciden en que, en el caso específico de nuestro país, las víctimas silenciosas de este flagelo siguen siendo en su mayoría mujeres.
Gutiérrez también comenta que en algunos casos, la búsqueda de nuevas oportunidades y soñar con una mejor calidad de vida las pone en una situación de mayor vulnerabilidad. Esto las hace caer fácilmente en el engaño orquestado por las grandes redes de trata y tráfico de mujeres cuyas cifras se mantienen en constante aumento.
Según información suministrada por el Organismo de Investigación Judicial (OIJ), en el periodo comprendido entre el 01 de enero y el 24 de julio 2020, en nuestro país se han reportado 21 casos, 13 por Trata de Personas y 8 por Tráfico de Personas.
La ciudad capital, San José, es la que acumula la mayor cantidad de casos, 13 en total, mientras que Julio presentó la mayor cantidad de casos por Trata Sexual cerrando el mes con un total de 11 casos. Es importante resaltar que estos datos se refieren sólo a casos denunciados, no a la totalidad de casos existentes.
Para Karen Sanabria, representante de la Dirección de Programas Policiales Preventivos del Ministerio de Seguridad Pública (MSP), existe una preocupación mayor ya que al ser las redes de trata de cobertura internacional, nuestro país está funcionando como receptor de estas víctimas por el constante flujo migratorio que existe.
“Realmente el tema es muy delicado, nos enfrentamos a una red de crimen organizado y lamentablemente no todo lo que pasa por nuestras fronteras se detecta”.
“Nadie creería mi historia, soy de las pocas afortunadas que logró escapar de la calle. Aún recuerdo la frialdad con la que fui tratada y señalada por una sociedad que no logra comprender su significado en la vida de una niña. Nadie sabe lo que es ser prácticamente secuestrada, alejada de la familia y obligada a hacer algo que uno no quiere. Hoy mi voz se puede escuchar, yo puedo hablar de lo sucedido pero miles han sido silenciadas». Para ella la mayor preocupación en la actualidad, es la falta de acción de las instituciones del estado.
En el caso de Joselyn, por esos azares de la vida su “Chulo” murió en un atraco, esto le permitió huir hacia nuestro país donde se dedicó a las labores domésticas. También trabajó en la recolección de fruta en una finca piñera y con sus ahorros logró terminar sus estudios. Hoy ejerce como enfermera en una clínica de la zona norte y se considera una defensora de los derechos humanos de otras mujeres.
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