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Análisis de la crítica: “Fabricante en serie de emociones”.

Crítica a la producción cinematográfica “Ahora o Nunca”, escrita por Leandro Marques de Almeida. Título: utiliza un título llamativo, engancha al lector a continuar. Es valorativo, resalta la opinión del escritor. Este señala que para esta producción cinematográfica se necesito fabricar emociones, obviando la capacidad del ser humano de generar las propias. Sumado a ello…

Crítica a la producción cinematográfica “Ahora o Nunca”, escrita por Leandro Marques de Almeida.

Título: utiliza un título llamativo, engancha al lector a continuar. Es valorativo, resalta la opinión del escritor.

Este señala que para esta producción cinematográfica se necesito fabricar emociones, obviando la capacidad del ser humano de generar las propias. Sumado a ello la «Fabricación en serie» supone que todo sera igual ya sabemos lo que sigue y además, existe una la pérdida de calidad.

Introduce la crítica con la ficha técnica de la película, la cual cumple detalladamente los parámetros requeridos según la estructura de este género de opinión.  

El autor cuenta con los elementos necesarios y amplia experiencia del tema lo que le da autoridad para hacer la crítica correspondiente. Leandro Marques de Almeida es egresado de la carrera de Ciencias de la Comunicación, Universidad de Buenos Aires (UBA), fue escritor semanal de La Butaca. Es miembro de la Asociación de Cronistas Cinematográficos, desde 2004. Entre sus críticas más reconocidas están las realizadas a las películas: Elsa y Fred, El Ladrón de Orquídeas y Ahora o Nunca.

Tesis: La misma está planteada en el primer párrafo, cumpliendo con la estructura de la “crítica”. Para el autor, la película se vuelve predecible incluso cansada, no hace la diferencia con otras producciones. Sin embargo, rescata un personaje que le da frescura a la producción y el cual no tiene mayor protagonismo en la película y el cual retoma en el cierre.

En su primer argumento, critica seriamente que los productores han considerado necesario fabricar emociones en el público como si este no tuviera la capacidad de sentir en carne propia situaciones que son parte de la cotidianidad del ser humano.

Plantea dos tipos de argumentos uno de ridiculización y el otro plantea una analogía muy importante para sostener su tesis, la necesidad de caer en el amarillismo para llamar la atención y mover las emociones del público, al estilo de algunos medios de comunicación. Sugiere que intencionalmente se ignora el pensamiento abstracto como una capacidad humana de sentir la afectación por las situaciones reales en diversos escenarios. Y “despertar emociones” como señala el autor se convierte en el objetivo principal para lograr sus metas taquilleras.

Hace un resumen del contenido de la película lo cual explica la estructura, podría decirse que ejemplifica el porqué la película como producción es mala.

Luego procede a analizar dos aspectos sumamente importantes el primero se refiere al guión el cual ridiculiza con las siguientes palabras: “sus intenciones chocan con la falta de espontaneidad, de sorpresa y de originalidad de una trama que pareciera haber sido ya vista en cientos de ocasiones anteriores”. El segundo hace referencia a otros elementos como las imágenes y las capturas de cámaras las cuales son consideradas por el autor como un intento exasperante de tener el control sobre el público.

Al mismo tiempo utiliza otra analogía sobre la intención real del film, plantea que se perdió la objetividad del mismo, soluciones fáciles sin mayor esfuerzo. Se vuelve fácil de percibir esta intención: “Al final, con su empecinada aspiración de enseñar algo, de construir un mensaje y una enseñanza, más que a la vida misma termina asemejándose a un libro de autoayuda”. Vende falsas expectativas, totalmente alejadas de la realidad.

Otro de sus argumentos es el ejemplo que utiliza para mostrar que el director pareciera estar presente en todo momento indicando al espectador que sentir, hacia donde mirar e incluso que pensar. Existe una manipulación de las emociones limitando su opción de discernir por cuenta propia.

Para Leandro Marques, “Ahora o nunca”, se convierte en una película sin mayor relevancia, con ironía recalca cómo los intentos por vender un drama significativo en la vida diaria, pierde todo el sentido.

En el cierre de su crítica, de manera muy específica ridiculiza al actor Jack Nicholson, asegura que por su talla pudo haber elegido una mejor producción, más exigente y original. Dejando en claro que esta película no tiene la calidad necesaria.  

Regresa a su tesis y destaca que recae sobre el elenco el hecho de que la película no fuera un rotundo fracaso, en especial reconoce el trabajo de Morgan Freeman y su actuación como Thomas. Marqués se arriesga y opina que la película aspiraba mucho pero nunca logró su objetivo.

Cumple con la cadena argumentativa y el autor muestra su conocimiento y experiencia en el tema.

Imagen tomada de Google

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