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Análisis del artículo: Carta a una ciudadana iraquí- Antonio Tabucchi

Publicado el 14 de febrero 2005-Diario El País Por Ruth Torres Montero «No creo que la vida sea comprensible, si no es en términos narrativos. La vida es equívoca y subrepticia y nuestra narración, por muy dotada que esté de voluntad de completarla, acabará asumiendo la fisonomía del objeto narrado, se convertirá en equívoca y…

Publicado el 14 de febrero 2005-Diario El País

Por Ruth Torres Montero

Antonio Tabucchi. Fotografia tomada de abc.es

«No creo que la vida sea comprensible, si no es en términos narrativos. La vida es equívoca y subrepticia y nuestra narración, por muy dotada que esté de voluntad de completarla, acabará asumiendo la fisonomía del objeto narrado, se convertirá en equívoca y subrepticia». Antonio Tabucchi

Sobre el escritor:

Antonio Tabucchi nació en Pisa, Italia el 24 de septiembre de 1943. Murió a la edad de 69 años en Lisboa, Portugal el 25 de marzo de 2012, fue profesor de lengua y literatura portuguesa italiano y un reconocido escritor a nivel mundial. Las novelas, libros de cuentos y artículos de opinión sobresalen en su trayectoria, los libros de Tabucchi fueron traducidos a dieciocho idiomas.

Su obra narrativa muestra el corazón de este hombre intelectual, quien apasionadamente escribe sobre temas relacionados con la búsqueda de la identidad, el paso del tiempo y la muerte, la memoria y el recuerdo, el juego y sus equívocos.

Sobresalen también, sus obras en temas antropológicos, como la gastronomía regional de los lugares visitados por sus personajes —especialmente la cocina portuguesa. Sus artículos de opinión toman relevancia por la ironía utilizada que refleja cada realidad plasmada en ellos, su abordaje muestra el interés del escritor de intervenir activamente en diversas causas en busca de la justicia social y la preocupación por las minorías culturales, sexuales y étnicas, señalando específicamente lo que muchos desean ocultar.

Ha sido considerado el mejor escritor italiano de su generación. Sus múltiples obras y gran trayectoria se vieron galardonada con los premios más prestigiosos, como el PEN Club, el Premio Europeo de Literatura y el Nossak en Alemania. Sumado a ello recibió el galardón más importante por su trabajo realizado en los artículos de opinión, el Premio de Periodismo Francisco Cerecedo, el Premio Hidalgo y la Pluma de Plata, entre muchos otros.

Tabucchi, deja un legado que sensibiliza a sus lectores sobre las realidades ocultas más allá de lo que la vista pueda concebir.

Título: Carta a una ciudadana iraquí,  es un título subjetivo y llamativo.

Su tesis es implícita, se desarrolla a lo largo de todo el texto, su cuestionamiento gira principalmente en torno a 5 aspectos de suma importancia:

1-El hecho de que los estados Unidos invadió Irak bajo la consigna “de llevar la democracia” a sus habitantes. Dejando en claro que siempre fue una falacia, existían otros intereses bajo esa fachada política por la búsqueda del poder.

2-El pueblo iraquí nunca pidió la intervención de los EU, su opinión nunca fue considerada.

3“El fin justifica los medios”, no importo el daño causado si al final de cuentas el pueblo obtuvo el derecho a votar por un representante en el Parlamento.

4-No importan las secuelas si EU tiene la capacidad de poner un parche y tapar las atrocidades cometidas durante el proceso.

5-Se pago un precio muy alto ¿realmente valió la pena?

Su Relatoría es promotora de muchos sentimientos encontrados para el lector, indignación, rabia y dolor entre otras. Los argumentos de ironía, ridiculización y sarcasmo están presentes en todo el texto y logran su objetivo.

Cada frase ha sido escogida cuidadosamente para plantear uno a uno argumentos de peso los cuales están bien documentados, algunas de las más impactantes son:

 “Cien mil muertos, la verdad, resultan un pelín excesivos”, minimicemos el impacto ya que no es para tanto.

“Cuando sea mayor podrá votar con sus bracitos tecnológicos”, somos los Estados Unidos todo lo podemos arreglar y dejarlo mejor.

¿Es que no entiende que tales medios resultan, por esa misma razón, ennoblecidos?, justifiquemos la tortura y violentemos los derechos humanos y la convención de Ginebra.

“No puede ni imaginarse usted cuántas envidias, cuántos rencores, qué falta de reconocimiento por todo el Bien que hemos llevado hasta el último rincón de la Tierra”, trae a colación otras invasiones arbitrarias realizadas en otros países del mundo como Vietnam, Cuba y Sudáfrica.

“Es una pena que junto a las estatuas fueran abatidas también sus ciudades, a veces una cosa lleva a la otra”, en la guerra todo se vale siempre habrá una justificación para minimizar el impacto social y económico resultante de la guerra y de sus actos.

“La paz sólo crea conflictos, provoca guerras, conlleva muerte y destrucción”, no vale la pena pagar el precio que implica mantener la paz en un país.

“Entre información y opinión hay un abismo, un salto de calidad. No sé bien cómo explicárselo, es algo así como sus mulás de las escuelas coránicas, pero democráticos, no sé si me explico”, en este contexto muchos periodistas y opinantes escribieron a favor de la guerra de Irak, por este motivo Tabucchi utiliza un argumento de analogía. Es claro que no cumplieron su papel como debía ser durante el proceso.

Finalmente, su argumento más fuerte se presenta al cierre: “Para mí su opinión es importante, señora. Daría la vida con el fin de que pudiera expresar usted libremente su opinión”. Está diciendo que el precio que se ha pagado nunca valió la pena, en el imaginario social muchos podrán creer que ya tienen la libertad, pero está muy lejano de la realidad.

Cumple con todos los parámetros de un artículo:

Es personal, amplio en extensión y argumentación, abarca temas de la actualidad (del momento) que afectan a la sociedad, es polémico y atrayente, su planteamiento es totalmente innovador, contiene una tesis implícita argumentos bien sustentados y el de mayor peso al cierre.

Sus argumentos son poderosos y hasta dolorosos para los lectores, es un trabajo impecable.

«Porque escritas las cosas se vuelven ciertas». Antonio Tabucchi-Fotografia tomada de elmundo.es

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